Cuando hablamos de amistad, una relación de lealtad,

No es quien nos jura que estará ahí siempre, y no lo está.

Sino de quien nos acompaña en los momentos que ni siquiera podemos

Con nosotros mismos.

De alguien que nos ofrece compartir las experiencias

más tristes hasta las más graciosas..

De ese alguien que puede ofrecerte ese hombro para que llores

todo lo que quieras sin importar cuan mojada se ponga su camisa.

De quien hablamos de cualquier tontería tan naturalmente.

Quien se vuelve parte de nuestras experiencias,

de nuestras lágrimas, de nuestra vida...

Y sobre todo de quien nos carajea de frente...

Y se vuelve algo único cuando ya no sentimos que es una amistad

Sino una conexión de hermandad, de poder hasta dar la vida por aquella persona.